Según Ken Robinson :
“Todo niño es un artista porque cree ciegamente en su talento”
Partiendo de esta premisa podemos decir que:
Si todo niño es un artista
Y tu fuiste un niño
Tu eres un artista.
Silogismos aparte, tiene su lógica.
Porque todos hemos sido niños, todos hemos dibujado. Todos hemos pasado horas entre lápiz de colores y rotuladores. Hemos pintado alguna que otra pared, y manchado más de una mesa.
Pero un día dejamos de hacerlo. Apenas recordamos que lo hacíamos y lo bien que nos lo pasábamos.
Volviendo a Ken Robinson, en uno de sus libros cuenta una anécdota fascinante:
Dice que un día visitando un colegio vio a una niña de 6 años dibujando muy concentrada, entonces le preguntó:
– ¿Qué dibujas?
– La cara de Dios
– Nadie sabe como es.
– Mejor- dijo ella sin dejar de dibujar- ahora lo sabrán.
En el contexto de esta anécdota fue que dijo:
“ Todo niño es un artista porque cree ciegamente en su talento. La razón es que no tienen ningún miedo a equivocarse. Hasta que el sistema les va enseñando poco a poco que el error existe y que deben avergonzarse de él.”
En cuanto a mi, recuerdo que me encantaba dibujar con la misma intensidad que me gustaban las ilustraciones de los libros. Pasaba horas mirando cada dibujo, lo cierto es que los leía rápido, los devoraba, pero no me importaba porque luego pasaba mucho tiempo disfrutando de cada detalle ilustrado.
Cuando comencé el colegio, comenzaron las frustraciones. Me daba cuenta que lo que estaba en mi mente no se reflejaba en el papel. No se reflejaba en lo que dibujaba. Poco a poco lo fui dejando.
El momento definitivo, fue a los 13 años, cuando presenté un trabajo que había hecho para plástica. Estaba bastante orgullosa del resultado, sin embargo una de mis mejores amigas lo vio y se río. En ese momento cogí mi dibujo, lo enrollé y lo arrojé dentro de mi bolsa, junto con todas mis ilusiones y mi amor por el dibujo. Y no volví a dibujar. Hasta muchos años después…
Ya te lo contaré en una próxima entrada.
Me alegro que la vida de muchas vueltas, y tu pasión se va abriendo camino a través de las dificultades y termina saliendo. No importa todo lo que tapó ese sueño, finalmente salió y hoy puedo vivir de esto.
Quizás a ti te esté pasando lo mismo.
Quizás no sea tanta casualidad que estés leyendo este post.
Quizás teníamos que encontrarnos….
Quizás tengamos que seguir juntos.
